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Labubu: la historia detrás del boom global de las muñecas chinas coleccionables

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Lo que empezó como un fenómeno de nicho en Asia se ha convertido en una fiebre internacional: las muñecas Labubu, figuras coleccionables chinas con un diseño entre lo adorable y lo excéntrico, hoy generan listas de espera, mercados de reventa y una comunidad global de seguidores. Su éxito no solo radica en su estética kawaii o en las estrategias de marketing inteligentes, sino también en el impulso de celebridades internacionales como Rihanna y Dua Lipa, quienes han mostrado públicamente su fascinación por estas curiosas figuras.

El nacimiento creativo de Labubu

Labubu forma parte de la serie “The Monsters”, diseñada por el artista chino Kasing Lung y producida por la compañía Pop Mart, conocida por su enfoque en designer toys. Estas figuras, que miden entre 10 y 15 cm, se distinguen por sus orejas alargadas, su expresión traviesa y una mezcla de dulzura y rebeldía. A pesar de que puedan parecer simples figuritas, su diseño artístico y su producción en ediciones limitadas las han transformado en objetos de culto.

Una experiencia de colección única

La estrategia detrás del éxito de Labubu ha sido meticulosa. Pop Mart comercializa las figuras en cajas sorpresa (blind boxes), donde el comprador no sabe qué personaje le tocará. Esto genera una experiencia de juego, coleccionismo y sorpresa que engancha. A esto se suma la calidad en los detalles y la variedad de estilos: desde personajes inspirados en cuentos clásicos hasta versiones con temática estacional o colaboraciones con marcas de diseño.

Famosos que las adoran

La fama mundial de Labubu creció enormemente cuando Rihanna y Dua Lipa publicaron fotos de sus muñecas en redes sociales, mostrando su genuino entusiasmo por ellas. Ese sencillo gesto fue suficiente para incrementar la demanda en el mundo occidental. De pronto, admiradores y seguidores comenzaron a investigar sobre esas intrigantes figuras que las celebridades portaban en sus bolsos o mostraban tras bastidores. Labubu dejó de ser un hallazgo exclusivo para coleccionistas en Asia y se transformó en una moda internacional.

Redes sociales, vitrinas del fanatismo

En plataformas como TikTok e Instagram, Labubu ha encontrado terreno fértil para multiplicar su popularidad. Videos de unboxings, análisis de figuras raras y tours por colecciones personales se han vuelto virales. En grupos de Facebook, las comunidades de fans intercambian, compran y venden figuras, algunas de las cuales pueden alcanzar valores superiores a los 300 dólares en mercados de reventa.

Más que un juguete: un símbolo emocional

La atracción por Labubu trasciende lo estético o lo coleccionable. Satisface una necesidad emocional: un vínculo con objetos diminutos, singulares y con carácter propio. En una era de consumo masivo y objetos efímeros, las Labubu presentan un lujo emocional: carecen de utilidad práctica, pero poseen un profundo significado para sus dueños.

El futuro del universo Labubu

Parece que el fenómeno Labubu continuará su expansión. Pop Mart está investigando maneras adicionales de crecer, que abarcan desde animaciones y videojuegos hasta moda y alianzas con marcas globales. La idea de un «universo Labubu» similar al de otros famosos íconos culturales se vislumbra con más certeza, incorporando productos digitales y experiencias inmersivas para complementar las figuras físicas.

Cultura pop con orejas puntiagudas

Labubu ha demostrado que en la era digital aún hay espacio para el coleccionismo físico, emocional y artístico. Con una estética única, una comunidad apasionada y el respaldo de celebridades globales, estas pequeñas criaturas se han instalado como parte de la cultura pop contemporánea. Y si algo está claro, es que su historia apenas comienza.

Por Otilia Adame Luevano

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